fbpx

Una mala persona no llega nunca a ser buen profesional: lecciones para tu marca personal

Hay frases que no solo resuenan, sino que se convierten en un marco de referencia permanente. Hace algunos años leí una entrevista a Howard Gardner, padre de las inteligencias múltiples, que me dejó grabada una sentencia tan simple como demoledora:

“Una mala persona no llega nunca a ser buen profesional.”

Más que una reflexión moral, es una declaración estratégica: la excelencia no se alcanza con destrezas técnicas aisladas, sino con la coherencia que une ética, compromiso y humanidad. En el contexto del personal branding, esta idea cobra aún más fuerza. Porque la marca personal no se define únicamente por lo que alguien sabe hacer, sino por la confianza que inspira, las decisiones que toma y el impacto que deja en los demás.

Más allá de la técnica: la coherencia como base

Howard Gardner afirmaba que alguien puede alcanzar un alto nivel de pericia técnica, incluso riqueza o reconocimiento, pero nunca llegará a ser un profesional excelente si no actúa con ética. La excelencia no se mide únicamente en títulos, cargos o resultados, sino en la capacidad de ir más allá del propio ego para comprometerse con algo mayor.

En el terreno de la marca personal, esta idea es esencial. Puedes dominar tu industria, tener credenciales impecables y hasta una trayectoria brillante, pero si tus acciones contradicen tus valores, tu reputación se resquebraja. La confianza – el verdadero activo de cualquier marca personal – nace de la coherencia: lo que piensas, lo que sientes, lo que dices, lo que haces y lo que otros perciben deben estar alineados.

Porque la técnica puede abrirte puertas, pero solo la coherencia las mantiene abiertas en el tiempo.

La tríada de la excelencia: ECE

En la entrevista, Gardner fue categórico: los mejores profesionales son siempre ECE: Excelentes, Comprometidos y Éticos. Puede parecer obvio, pero esta tríada sintetiza lo que realmente sostiene la grandeza de un profesional, y por lo tanto, de su marca personal.

Excelencia

Significa ir más allá de lo correcto o aceptable; es elevar el estándar de lo que entregas y cómo lo entregas.
Se percibe en la calidad constante de tu trabajo.

Se fortalece con aprendizaje continuo y feedback sincero.

Una marca personal excelente transmite confianza, consistencia y dominio de su campo. Porque siempre cumple lo que promete… y un poco más.

Compromiso

Es conectar tu talento con un propósito más amplio, que beneficie a otros además de ti mismo.
Se refleja en tu constancia y en la capacidad de generar valor más allá de ti mismo.

Se fortalece cuando alineas lo que haces con tus valores y con un impacto que trasciende tus intereses personales.

Una marca personal comprometida deja huella porque no solo cumple, sino que inspira a otros a avanzar contigo.

Ética

Es la base que sostiene todo lo demás. La columna vertebral. Sin ella, cualquier logro se vuelve frágil. La ética enmarca tus decisiones, protege tu credibilidad y define la confianza que otros depositan en ti.
Se traduce en decisiones transparentes y coherentes, incluso en los momentos difíciles.

Se fortalece al definir principios no negociables y mantenerlos en cada acción.

Una marca personal ética se convierte en sinónimo de credibilidad y respeto, porque inspira confianza en cada interacción.

ECE en acción: ejemplos que lo hacen tangible

Excelencia

Una consultora de comunicación que no solo entrega el informe solicitado, sino que además incluye un apartado con tendencias futuras y recomendaciones personalizadas para el cliente. Su trabajo no es solo “correcto”, es memorable. Esa búsqueda constante de mejorar, de entregar algo más de lo esperado, es lo que construye confianza y convierte su marca personal en sinónimo de excelencia.

Compromiso

Un líder de equipo que, además de cumplir con los objetivos de la empresa, dedica tiempo a guiar a jóvenes profesionales en su desarrollo. Podría limitarse a su rol formal, pero elige comprometerse con el crecimiento de otros. Esa constancia en sumar valor más allá de sí mismo es lo que hace que su marca personal trascienda y deje huella en cada persona con la que trabaja.

Ética

El caso de un consultor financiero al que le ofrecen participar en un proyecto rentable, pero que implica manipular información para favorecer a un cliente. Decide rechazarlo, aun sabiendo que perderá una suma importante. ¿El resultado? Protege su credibilidad y refuerza la confianza que otros depositan en él. Esa coherencia entre principios y acciones es lo que convierte a la ética en la columna vertebral de su marca personal.

Esta tríada aplicada al personal branding funciona como una brújula. No basta con ser visible, tener una buena narrativa o dominar las técnicas de comunicación. Si detrás de esa visibilidad no existe excelencia, compromiso y ética, la marca personal se convierte en una fachada vacía.

La humanidad como esencia de la marca personal

Carl Gustav Jung dejó una frase que complementa de forma brillante la reflexión de Gardner:

“Conozca todas las teorías. Domine todas las técnicas, pero al tocar un alma humana sea apenas otra alma humana.”

Este recordatorio nos dice que ningún conocimiento, técnica o especialización puede reemplazar la humanidad. Y para una marca personal, esto es fundamental: la gente conecta más con tu autenticidad que con tus títulos, más con tu forma de tratar que con tu currículum.

Tu marca personal no se desarrolla únicamente con logros profesionales, sino con la manera en que escuchas, colaboras, agradeces y generas confianza. Ser empático, justo y transparente no son “extras”, son los pilares invisibles que sostienen la credibilidad.

Cuando tu identidad profesional se disocia de tu esencia humana, surge una incoherencia que los demás perciben de inmediato. Pero cuando ambas dimensiones se integran, tu marca personal se convierte en un reflejo genuino de lo que eres y del impacto que quieres dejar.

En definitiva: antes de ser un buen profesional, hay que ser una buena persona; y antes de ser una marca personal reconocida, hay que ser una marca personal confiable.

Tu marca personal comienza por quién eres

La enseñanza de Gardner es clara: puedes ser técnicamente brillante, pero si tu comportamiento erosiona tu credibilidad, nunca alcanzarás la excelencia. Tu marca personal se nutre de tu humanidad, de tu capacidad de ser auténtico y de tu compromiso con algo más grande que tus propios intereses.

En definitiva, la mejor estrategia de marca personal comienza con esta premisa:
Para ser un buen profesional, primero debes ser una buena persona.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
Hola
¿En qué podemos ayudarte?