Una de las soft skills que todo emprendedor requiere desarrollar es la habilidad de vender, ya sea la idea, proyecto, producto o servicio, incluso venderse a sí mismo como la mejor opción ante sus clientes. Un emprendedor que no sabe vender está destinado al fracaso, y aunque muchos pensarán contratar a alguien que sepa vender, no puede haber mejor vendedor que tú en tu negocio o emprendimiento, los grandes empresarios lo saben y es algo que tú debes saber.
Vender es un arte y ciencia, debemos dejar de infravalorar esta habilidad, nuestro trabajo es comenzar a educar desde jóvenes que si no saben vender, estarán destinados a una vida con sueldos ajustados, o quizá trabajar en algo que no les apasione.
Si quieres incrementar tus ventas, impulsar tu carrera, incluso conseguir pareja tienes que aprender a vender, no importa tu profesión o el giro de tu negocio. Poniendo en práctica estos 4 pasos puedes dar un giro a tus resultados.
Elimina paradigmas negativos.
Lamentablemente nadie nos enseña a vender, y en muchas ocasiones desde pequeños nos siembran la idea que vender es para las personas que no tienen trabajo, y crecemos diciéndonos “no me gustan las ventas”. Ese es uno de los principales factores por los cuáles la mayoría de las personas no saben vender, sumado a que el sistema educativo no incluye en su oferta académica el tema, no estamos conscientes de la importancia de aprender esta habilidad.
Por eso el primer paso para incrementar tus ventas es eliminar paradigmas negativos, identificarás algunos si te haces las siguientes preguntas:
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¿Qué piensas cuándo escuchas la palabra vendedor?; ¿Qué es una venta?.
Aprende a amar las ventas, haz que sean parte de tu día a día, esto no quiere decir que vayas por la vida vendiendo a todas las persona que conoces, ya que eso hará que las personas se alejen de ti, tu trabajo será hacer networking, agregar personas a tu lista de prospectos y buscar la manera de mantenerte en contacto con ellos.
Entiende que vender es un proceso.
Un error muy común es intentar vender algo al primer contacto, me gusta utilizar la analogía de cuándo un hombre conoce a una mujer, no le puede pedir matrimonio al conocerla, es un proceso. Pasa lo mismo en las ventas, la mayoría quiere vender al primer contacto, en este punto depende de tu producto o servicio los niveles en tu embudo de ventas, si es un servicio y el precio es elevado es un proceso más largo a si tienes un producto físico y es de alto consumo.
Muéstrate interesado, no interesante
La diferencia entre un gran promotor y un gran vendedor está precisamente en ser interesante o estar interesado, muchos emprendedores al vender se centran en ser interesantes, lo que no saben es que mientras más hablen menos probabilidades tienen de vender. Tenemos dos orejas y una sola boca, de esa forma un gran vendedor entiende que tiene que escuchar dos veces y hablar una, si te enfocas en escuchar a tu cliente, sabrás exactamente qué es lo que está buscando y podrás ofrecerle la solución a su problema.
Interésate genuinamente en tu cliente, enfócate en conocer todo lo que puedas de lo qué hace, sus objetivos, sus problemas, etc. Hacer preguntas es clave, el que pregunta controla la plática, recuérdalo siempre.
Trabaja en tu postura
No me refiero a la postura física, aunque si la venta es presencial también es vital, con postura hablamos de la manera en qué cierras la venta, la seguridad con la que pides las cosas, no tengas miedo a decir el precio de tu producto o servicio, ni de poner deadline a pagos o toma de decisiones. La postura es la clave en un buen cierre de ventas, lo que buscamos al hacer un cierre es obtener una decisión, “si quiero tu producto o servicio” o “no me interesa por el momento, muchas gracias”, son las dos respuestas que valen, si la respuesta es si, procede a las formas de pago, si la respuesta es no, no lo descartes, mantén el contacto, en algún momento requerirá tu producto o servicio.