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El futuro es humano: Marca personal en la era de la Inteligencia Artificial

Vivimos en un mundo saturado de información que a menudo conduce a la desinformación. Estamos constantemente apresurados, lo que debilita nuestra confianza en los demás y reduce nuestra capacidad de creer en las cosas. El dominio del mundo digital y la revolución tecnológica han cambiado la forma en que realizamos nuestras actividades cotidianas. En el proceso, hemos perdido habilidades básicas, desde la capacidad de socializar hasta la habilidad de recordar números de teléfono.

Pasamos de conectarnos y conocer a personas de todo el mundo a desconfiar de la mayoría. Buscamos constantemente la validación a través de «me gusta», el reconocimiento y la búsqueda de la fama como una fuente de ingresos. Pareciera que deseamos todo y nada al mismo tiempo. A menudo nos involucramos en luchas en busca de libertades, pero a menudo solo lo hacemos detrás de una pantalla.

Suponemos que tenemos el poder absoluto de opinar sobre los demás y, en ocasiones, somos propensos a atacar y propagar desinformación. El teléfono que sostenemos en nuestras manos se convierte en una herramienta poderosa, capaz de crear o destruir.

Anhelamos ser entretenidos y entretener a otros, muchas veces a un costo muy alto: la pérdida de nuestra propia identidad y sentido de quiénes somos. Las redes sociales ahora dictan cómo nos comportamos en el mundo offline.

Estamos en una era completamente revolucionada y polarizada, donde tenemos todo para mejorar nuestra calidad de vida y entorno social, pero lo estamos destruyendo al no saber como manejar las diversas herramientas que tenemos en nuestras manos.

Las personas necesitamos recuperar la confianza, necesitamos creer.

Para crear confianza requerimos saber que contamos con un elemento valioso y poderoso en nuestras vidas, nuestra marca personal.

Nuestra marca personal no va de la intención de cosificación o vender y hacer puro marketing, en principio va de humanizarnos, de generar valor y confianza, de ser creíbles, de mostrar aquello que nos diferencia de los demás.

A veces parece absurdo decir que requerimos humanizar una marca personal, cuando es PERSONAL (persona-humana), pero lamentablemente no es así. La dinámica actual ha revolucionado todo, los comportamientos, la falta de valores, el sentido de vida, los propósitos e incluso nuestra búsqueda de identidad.

Como seres humanos tenemos diversas necesidades, empezando por la supervivencia, como comer, tomar agua, dormir y tener un espacio seguro. Después, aparecen necesidades conectadas a la búsqueda de identidad, saber quienes somos y a donde vamos, por naturaleza es algo que requerimos trabajar.

Con la llegada de las redes sociales, nos hemos perdido en un mundo de la imitación o el copy paste, queremos ser como tal o cual persona. Y por si fuera poco, también exigimos como seguidores cambios en nuestros influencers favoritos, como si de un muñeco de trapo se tratará. O en el caso de líderes atribuimos superpoderes, olvidándonos de su lado humano. No aceptamos que nuestro mentor pueda caer, queremos que siempre esté en pie sin descanso.

Es aquí cuando debemos parar y pensar que es hora de humanizar nuestra marca personal, no solo en el sentido de lo que voy a aportar, también en lo que quiero recibir por parte de los demás.

Humanizar tu marca personal

Nuestra marca personal es nuestro mayor activo en la vida, es lo que somos, lo que queremos ser, pero sobre todo lo que somos capaces de dar.

Esta marca personal requiere saber que es humana y que con ello hay emociones, autoconocimiento y o falta de este.

Algunas de las características y atributos que nos hace humanos son nuestros valores y las emociones.

Valores que humanizan

Por ello te comparto una pequeña lista de valores primordiales que humanizan a nuestras marcas personales:

Empatía: Es la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona, comprender sus sentimientos, pensamientos y emociones. Implica mostrar un interés genuino por las necesidades y preocupaciones de los demás y actuar de manera compasiva y solidaria.

Respeto: El respeto implica considerar y valorar a todas las personas, independientemente de sus diferencias. Es tratar a los demás con cortesía, consideración, tomando en cuenta sus opiniones y perspectivas.

Integridad: La integridad se refiere a la honestidad y la coherencia en las acciones y principios. Es actuar de manera ética y mantener los valores y principios incluso en situaciones difíciles. Las personas con integridad son confiables y mantienen su palabra.

Generosidad: Es la disposición a dar y ayudar a los demás sin esperar nada a cambio. Puede manifestarse a través de actos de bondad, donaciones, apoyo emocional y la disposición a compartir recursos y tiempo con otros.

Humildad: La humildad implica reconocer las propias limitaciones y no tener un exceso de orgullo o arrogancia. De alguna forma es mantener a nuestro ego en equilibrio. Las personas humildes son conscientes de que siempre hay algo nuevo que aprender y están dispuestas a admitir errores.

Positividad: Se refiere a mantener una actitud optimista y constructiva en la vida. Implica ver los desafíos como oportunidades, mantener una mentalidad abierta y enfocarse en soluciones reales en lugar de problemas.

Autenticidad: La autenticidad es ser genuino y verdadero en todas las interacciones y expresiones. Significa mostrar quién eres realmente sin pretender ser alguien que no eres. Las personas auténticas son coherentes en su forma de ser y actuar.

Cada uno de estos valores juega un papel importante en la construcción de relaciones, la toma de decisiones éticas y el desarrollo de una identidad personal sólida. Son fundamentales para forjar conexiones significativas con los demás y vivir una vida en armonía con los propios principios y creencias.

Sentidos y emociones, la conexión humana.

No podemos olvidarnos del papel de las emociones, y de nuestros sentidos, ya lo dice Martin Lindstrom en su libro Brand Sense: “Más comunicación, en un mundo actual abarrotado, de nada servirá. Se requiere una nueva visión con una base emocional.”

El mismo Linstrom nos menciona que, las marcas deberían incorporar una plataforma que integre plenamente los cinco sentidos. 

Entonces, si las marcas están ocupadas trabajando con los cinco sentidos para generar emociones, nosotros como personas también deberíamos hacerlo.

Entendamos que, aquello que nos hace humanos está ligado a nuestra capacidad de sentir y es lo que nos hace diferentes a la tecnología, los robots y la IA. Muchas de las características y funcionamientos de estas, son tomadas y desarrollas desde la imitación del mismo humano, pero jamás serán igualadas, pues son máquinas que no sienten.

Nuestros conocimientos, los adquirimos del mundo a través de los sentidos y estos crean un vínculo con nuestra memoria, llegando directamente a nuestras emociones.

Los cinco sentidos nos vinculan emocionalmente. Almacenamos nuestros valores, sentimientos y emociones en nuestra memoria.

La memoria nos permite conectar o reconectar con sentimientos y situaciones que hemos vivido, lo que nos generan emociones constantemente.

Escuchar, oler, tocar, ver y saborear nos permiten conectarnos con nuestras emociones, experimentando sensaciones de alegría, sorpresa, miedo, enojo, tristeza o asco. Estas experiencias sensoriales son lo que nos hace profundamente humanos.

 El futuro es humano

Tenemos las herramientas más valiosas al alcance de nuestras manos, pero normalizamos y vivimos sin consciencia plena de nuestras capacidades, debido a nuestra desconexión de nosotros mismos y de los demás.

Nuestros valores, memoria, emociones, sensaciones y sentimientos; nuestra capacidad de soñar y crear, nos hacen humanos.  No necesitamos otra cosa, solo conectar con lo que sentimos, queremos y deseamos ser, hacer y tener, accionado de acuerdo al respeto por el otro.

Vivir en un mundo dividido, revolucionado, requiere de valientes capaces de tocar el corazón de los demás. De aquellos que nos hagan creer y volver a confiar. Nuestra naturaleza humana nos permite en la infancia tener nuestro máximo punto de confianza y felicidad, pero que con el crecimiento y experiencias vamos dejando a un lado, volviéndonos inseguros e infelices.

Requerimos reconectar con nuestra capacidad de ser felices, y hacer que otros también lo haga.

El futuro requiere más humanos, personas auténticas, sin miedo a vivir, personas con menos aceleradas y más conectadas con su yo verdadero.

Anhelamos conectar con personas que puedan entendernos, que comprendan nuestra historia, que nos brinden soluciones verdaderas, que nos hagan sentir cómodos, que no juzguen ni critiquen.

Esta alta necesidad en el mundo de humanidad, hace que el futuro sea humano.

Por eso creo completamente que nuestro futuro apostara por humanizarse, por crear un mundo mejor, ya lo estamos viendo en los cambios de comportamientos en redes sociales, en las regulaciones que se están proponiendo para mejorar la buena interacción de las plataformas digitales y el surgimiento de nuevas formas para hacer marketing, entre otras cosas.

Ahora sabemos que el futuro es humano; seamos humanos.

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1 comentario en “El futuro es humano: Marca personal en la era de la Inteligencia Artificial”

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