La reflexión sobre la muerte y su relación con la marca personal ha sido una constante en mis pensamientos durante más de un año, prácticamente desde que murió mi abuelo.
Este tema, eterno y universal, ha encontrado resonancia en mi vida de maneras inesperadas, cruzándose en conversaciones y en el contenido que veo todos los días.
Últimamente, he pensado mucho más sobre qué dejamos cuando nos vamos, por dos cosas importantes que pasaron:
El primero fue un post en LinkedIn de Guillem, colega y mentor, cuya perspectiva siempre he valorado.
Guillem compartió la esquela de Manuel, una persona en España, acompañada de unas ideas poderosas:
“No tuve el placer de conocer a este señor, pero tras leer SU esquela, te aseguro que me hubiera encantado conocerlo.
La marca personal continúa en el legado, y qué mejor manera que hacerlo uno mismo, sin formalismos, edades y datos que no interesan.
Recuerda dejar esa frase que te gustaría que leyeran cuando llegue el momento. Sé tú quien dirija tu adiós, reflejando tus valores, tus emociones, tu personalidad, tu marca personal. “
Aparentemente, un post simple, que se convirtió en un acelerador para retomar mis reflexiones sobre cómo la muerte se entrelaza con la esencia de nuestra marca personal. La esquela de Manuel, se transformó en un punto de partida para reflexionar sobre la huella que dejamos en el mundo digital y físico.
Dos días después, me encontré de manera casual con El Gran Pez, una película que no recordaba hasta ese momento. Este encuentro no pudo haber sido más oportuno.
La película, con su exploración de la vida de Edward Bloom a través de historias fantásticas que confunde la línea entre la realidad y la ficción,me brindó una perspectiva inédita para analizar la conexión entre la muerte y la marca personal.
Ambos eventos me impulsaron a pensar en cómo nuestras vidas, las historias que contamos y cómo somos recordados, conforman una marca personal que trasciende nuestra existencia física.
En esta entrada intentaré mostrar cómo la marca personal no solo se construye en vida, sino cómo puede continuar evolucionando, e incluso fortalecerse, tras nuestra muerte.
El Gran Pez y la marca personal
En un mundo donde cada persona es un narrador de su propia historia, la película El Gran Pez nos ofrece una perspectiva encantadora sobre cómo estas historias pueden moldear nuestra marca personal y el legado que dejamos atrás.
La vida de Edward Bloom, el personaje principal, es como un mural lleno de historias increíbles que mezclan lo real con lo imaginario. A través de su viaje, podemos aprender lecciones valiosas sobre la construcción de una marca personal auténtica y memorable.
Vivir con autenticidad
Edward Bloom vive de manera que cada momento es una historia en potencia, enseñándonos la importancia de la autenticidad en nuestra marca personal. En la era digital, donde las apariencias pueden ser engañosas, vivir auténticamente y compartir nuestras verdaderas pasiones y valores se convierte en la base de una marca personal fuerte. Como Edward, al ser fieles a nosotros mismos, nuestras historias resuenan más profundamente con los demás.
La fuerza de las historias
El Gran Pez nos muestra que las historias tienen el poder de conectar, entretener y enseñar. Las historias de Edward, aunque exageradas, capturan la esencia de su espíritu aventurero y su visión única del mundo. Del mismo modo, al construir nuestra marca personal, las historias que elegimos compartir sobre nuestros logros, desafíos y aprendizajes pueden inspirar a otros, estableciendo una conexión emocional duradera. Esas narrativas se convierten en la huella que dejamos en la memoria de las personas.
Dejar un legado
Quizás la lección más importante de El Gran Pez es la idea del legado. Edward deja un legado a través de las historias que se cuentan y se vuelven a contar, incluso después de su partida. Nuestra marca personal va más allá de nuestra presencia física; es lo que la gente recuerda de nosotros, cómo hemos impactado sus vidas y la huella que dejamos en el mundo. Trabajar en nuestra marca personal significa pensar en cómo queremos ser recordados, asegurándonos de que nuestras acciones y palabras contribuyan a un legado positivo.
Importante para nuestra marca personal
Para las personas y profesionales que buscan gestionar su marca personal y dejar un legado, la película sirve como un recordatorio de que:
- Las historias son clave: al igual que las aventuras de Edward Bloom, las historias que elegimos contar sobre nosotros mismos definen nuestra marca personal y el legado que dejamos.
- Percepción vs. Realidad: la marca personal a menudo implica equilibrar cómo queremos ser vistos y quiénes somos realmente. Este tema es central en El Gran Pez, donde la línea entre la realidad y la ficción es a menudo borrosa.
- Impacto emocional: el verdadero poder de las historias y, por extensión, de nuestra marca personal, radica en su capacidad para conectar emocionalmente con los demás, creando recuerdos y legados duraderos.
También ofrece lecciones valiosas sobre el uso de la narrativa para desarrollar una imagen auténtica y memorable.
Aquí algunas lecciones clave que podemos extraer de esta película para enriquecer nuestras propias historias:
- La autenticidad conecta: Las historias más impactantes son aquellas que provienen de un lugar de sinceridad y autenticidad. Aunque las historias de Edward Bloom son grandes y a veces increíbles, su esencia y su mensaje provienen del corazón, lo que las hace resonar con los demás. Tu marca personal debe reflejar quién eres realmente y lo que valoras.
- El poder de lo memorable: Las historias que se quedan con nosotros son las que nos hacen sentir algo. El Gran Pez nos enseña que las narrativas que invocan emociones, ya sea asombro, alegría, tristeza o inspiración, tienen un impacto duradero. Piensa en cómo puedes emocionar a tu audiencia en tu día a día.
- La importancia de la perspectiva única: Cada persona ve el mundo de manera diferente. Edward Bloom narra su vida de una manera única, lo que le permite destacar. En tu marca personal, enfatiza tu perspectiva única y cómo te diferencia de los demás.
- Historias como legado: La película ilustra que lo que dejamos atrás son nuestras historias y cómo estás afectan a otros. Tu marca personal no es solo cómo te ves a ti mismo, sino también cómo te recuerdan los demás. Piensa en el legado que quieres dejar a través de tus historias.
- La versatilidad de la narrativa: El Gran Pez muestra que las historias pueden ser adaptadas y contadas de muchas maneras, dependiendo del público y del contexto. En la marca personal, ser capaz de adaptar tu historia a diferentes plataformas y audiencias puede ampliar tu alcance e impacto.
- Conexión emocional: Las historias de la película nos conectan emocionalmente con el personaje principal y su viaje. De manera similar, tu marca personal debe buscar crear una conexión emocional con tu audiencia, haciendo que tu historia no solo se escuche, sino que también se sienta.
Al aplicar estas lecciones de la película, a la narrativa de tu marca personal, puedes crear una imagen auténtica y memorable que deje una huella imborrable en aquellos con quienes compartes tu historia.
El final
Las aventuras de Edward Bloom, repletas de amor, magia y exageraciones fantásticas, nos enseñan que nuestras historias personales, por muy simples o elaboradas que sean, tienen el potencial de trascender nuestra existencia física.
La muerte nos recuerda la importancia de vivir de manera auténtica y de construir una marca personal que refleje verdaderamente quiénes somos y lo que valoramos.
El Gran Pez nos muestra que, aunque todos eventualmente partiremos, lo que permanece son las historias, los valores y el amor que compartimos, las relaciones que hemos cultivado y los impactos que hemos tenido en la vida de otros.
Nuestras narrativas personales se convierten en el eco de nuestra presencia, resonando en aquellos que nos sobreviven.
Este viaje a través de la vida y la muerte destaca la importancia de ser conscientes de nuestra marca personal y de que esta no solo nos represente auténticamente, sino que también deje una huella duradera. Nos anima a ser los protagonistas de nuestras propias historias, a vivir con pasión y propósito, y a dejar un legado que inspire a otros, incluso después de nuestro adiós.
Así, al conectar la marca personal, la muerte y las enseñanzas de El Gran Pez, reflexionemos sobre el legado que estamos construyendo.
¿Cómo queremos ser recordados? ¿Qué historias queremos que cuenten sobre nosotros?
Estas preguntas, aunque, desafiantes, nos ofrecen una oportunidad para vivir de manera que nuestras vidas, como las de Edward Bloom o Manuel, sean una colección de historias que trascienden el tiempo, dejando un legado de amor, valores y conexiones humanas que perduren mucho más allá de nuestra existencia física.
Recordemos que a través de nuestras marcas personales y las historias que elegimos compartir, tenemos el poder de influir, de conectar y de dejar una marca imborrable en la humanidad.
Es una invitación a vivir de tal manera que, al final de nuestros días, podamos mirar atrás y sonreír, sabiendo que hemos dejado algo verdaderamente grande detrás.
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