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Deja de competir, empieza a diferenciarte.


Si piensas en competir con alguien, ¡ya perdiste!

La única competencia que puede existir es con uno mismo.

Si, estás pensando en lanzarte para ser consultor, asesor, o tal vez quieres emprender con tu marca personal, crear un producto o servicio pero con la visión de competir, ¡olvidalo! 

No te arriesgues por que ya quedaste fuera.

Alrededor de acciones de competencia directa más la idea de estar en redes sociales y/o ser como alguien, ya hemos perdido oportunidad y ventaja de estar en el mercado. Muchos gurús venden esas ideas de sacar del mercado a determinada competencia que podamos tener, pero no es algo que pueda ser sostenible en el tiempo, y mucho menos rentable económica o emocionalmente si de marcas personales hablamos. Si empezamos a compararnos o a querer ser como alguien más estamos perdiendo valor.

Considero que la competencia dejó de existir cuando conocimos al branding, grandes marcas como coca cola y pepsi nos mostraban esa “competencia a muerte” que tenían y con el tiempo sus estrategias mudaron, entonces para nosotros que somos personas y que estamos en una nueva tendencia nada tiene que ver la competencia.

Hay que tener claro que sí debemos conocer las propuestas y productos que otros puedan estar brindando en el mercado pero no debemos tomar las cosas como algo personal o caer en empezar a hacer una guerra. Conocer a la competencia debe ser estratégico y sano.

Vamos a poner mucha atención en temas que antes no se veían, por ejemplo, las emociones que te causa que otro haga lo mismo que tu haces, o tal vez que empiecen a copiar tu estilo incluso tu producto, que tenga más fans, likes, etc. Las emociones que se generan de forma interna y externa a la hora de emprender hay que trabajarlas también con  la gestión de nuestra marca personal ya que nos afectarán o beneficiarán.

Cuando nos comparamos o deseamos lo que el otro tiene, cuando queremos ser como el otro estamos perdiendo grandes oportunidades para nosotros mismos, ya que dejamos de enfocarnos en nuestro desarrollo personal y estamos viendo constantemente que hace el “vecino” para imitar, copiar o emular hasta su estilo de vida, pero resulta que no todo le funciona a todos, ni los resultados serán los mismos para todos. Como dice Guillem Recolons “Si imitas a otro refuerzas la marca personal del otro, no la tuya”.

¿Entonces para qué seguir en la misma línea?

Por todo lo que implica competir o copiar a los demás, es que debemos aprender a diferenciarnos, y la diferenciación que nos da mayor oportunidad es la que viene desde el autoconocimiento más profundo de nosotros como personas y profesionales.

Una de las claves para lograr la diferenciación es tener bien definida  nuestra propuesta de valor, qué es lo que hacemos y cómo es que lo hacemos.

Establecer claramente nuestra propuesta de valor nos lleva precisamente a sumar valor para los demás y para nosotros mismos, desde la satisfacción y bienestar hasta lo económico. Dejamos de competir por precio, dejamos de bajar el precio de nuestro producto por que en primera entendemos el valor de lo que estamos ofreciendo a los otros y además por que a través de la buena gestión de nuestra marca personal podemos enviar el mensaje adecuado para que los otros entiendan el valor de lo que les estamos ofreciendo, por lo tanto estarán claros y dispuestos a pagar por ese producto.

Muchos profesionales se dedican a lo mismo, prácticamente su oferta es la misma, comparten características similares, pero su forma de entender el área es completamente diferente, y la clave es reconocer esa forma en la que entendemos y aplicamos nuestra profesión o área para partir de ahí y a la construcción de nuestra propuesta de valor. 

¿Cómo puedo diferenciarme?

Comprende a tu Persona:

Conócete y reconócete como persona, busca la mayor claridad de quién eres y a donde vas, cuales son tus deseos y necesidades reales (no de los otros).

Profesional:

¿Te gusta lo que haces en el ámbito profesional? aclara lo que quieres lograr desde el desarrollo de tu carrera profesional e identifica de forma honesta si es el camino correcto o hay que cambiarlo, no trabajes en algo sólo por que alguien te dijo que sería bueno y qué ganarías dinero, trabaja en ello por que te guste y por que  puedes crear una carrera que te de satisfacción personal y económica.

Propósito:

Ten claro cuál es tu proposito de vida, es decir cuál es tu intención que quieres darle a tu vida y a los que te rodean, es pensar a un nivel mucho más profundo que solamente trabajar para ganar dinero, es pensar en la forma que podemos trascender de forma personal, es encontrar aquello que nos de ánimo de levantarnos cada día, lo que amamos hacer, aquello que nos alimenta el alma, nos hace sentir felices y satisfechos cada día. Busca tu propósito a través del ikigai, de alguna forma nuestro propósito enlaza lo que queremos de forma personal y profesional.

Entiende a tu profesión.

Ten claro tu visión de tu profesión, desde tu punto de vista que puedes hacer esta profesión por los demás, que puedes hacer tú con esta profesión, como es que tu aplicas ese conocimiento y lo transformas para aportar valor a otros.

Propuesta de valor.

Identifica qué es lo que ofreces a los demás, que es lo que haces y que nadie puede hacer más que tu.

Oferta.

Aterriza como es que  haces las cosas, cuál es tu estilo de trabajo o metodología, identifica que es lo que los que te compren se llevarán al comprarte lo que ofreces y además cuáles serán sus resultados. 

Experiencia.

Todo lo que has hecho hasta ahora  te suma experiencia, tanto en el ámbito personal como profesional.Hay que encontrar toda tu experiencia de vida positiva o negativa y crear consistencia a partir de ella, para establecer parte de nuestro diferencial. 

Historia.

Nuestra historia de vida es parte importante de nuestra experiencia ya que nadie a experimentado lo que nosotros hemos vivido, y lo que hace que veamos las cosas de forma diferente, por lo tanto la forma en la que actuamos tiene mucho que ver con nuestra historia y experiencia, pero además saber nuestra historia nos ayudará a construir un futuro alineado a nuestros objetivos y al mismo tiempo ir narrando nuestro presente.

Resultados.

Nunca minimices tus logros y los compares con los de los demás, cada uno somos diferentes y tenemos resultados diferentes, abraza todo aquello que ya has logrado e impúlsate a ir por más.

Emociones.

Pocas veces pensamos en las emociones que generamos en los demás a través de nuestro trabajo, pero es importante que identifiquemos qué emociones generamos con nuestra presencia y acciones cuando damos un servicio, pensemos que a veces somos elegidos por que a través de nuestro trabajo damos, alegría, empatía o a veces es todo lo contrario y estamos generando miedo, incomodidad, frustración, etc.  

No se trata de montar actuaciones para generar emociones es encontrar nuestra esencia que es transmitida a otros a través de esas emociones.

Creatividad.

A tu estilo y forma de ser explota tu creatividad para ponerla en todo lo que haces, puede ser en los detalles, en la estructura, en desarrollar productos, busca hacer que vean que tu trabajo es diferente a través de herramientas o desarrollar nuevas habilidades que puedas sumar, nunca detengas tu capacidad de creación.


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